lunes, 28 de julio de 2008

Escuchando el Silencio del fragor - Sordina de algún conciente

El supo que observaba. Estoy seguro, me contuvo su atención.
Un tumulto regenteaba las cosechas de las necesidades e inadvertidas pasaban aquellas ánimas sosegadas mientras satisfacían su naufragio. Pero él demostró quietud cuando me encontró, nadie mas me vio.
!Gracias al Nachinho Dibujando!
transformando puntos, delineando posibilidades

viernes, 25 de julio de 2008

Fuera de Tiempo - Del Existir y la Creación

Espejo Lunar... Sirio se alinea en este Día y nos convida de su energía.
Cielos haciendo música. Gracias


Estaban Ella y Él mirando arriba, cielo que de todos lados se ve y que por lo tanto no da crédito al lugar en donde estaban.

Señalan el recorrido de la Luna a la Estrella más cercana y de aquella a la más lejana.
Entre el silencio y la inmensidad por una Fuerza se dejaron sublimar y para soportar se abrazaron. Tanto tiempo se quedaron así como si ese fuera el único acto de la Eternidad y en el instante que duró navegaron a los lugares que habían predicado.

Desde ese lugar miraron Ellos arriba, cielo que en todos lados Es y que por lo tanto no da crédito a la distancia.

Señalaron la negrura que todo lo abarcaba… creo que me vieron escribiendo y me tuve que ir.

lunes, 21 de julio de 2008

De cómo las llamas tragan y de la invención de la Complitud



De un suelo color violeta se levantó la vista de una mujer amarilla. Arriba, de verde a sepia los árboles se vestían. Tanta luz como necesaria y por allá atrás el fuego tranquilo, saciándose de ser, vibrante por existir, transformando para estar. Ella lo oía comer. Comerse el cuerpo pesado de unas ramas ofrecidas, dejadas al calor donde se les quiebra la piel y se eleva lo que Es.
Dorada acariciando las pieles del jacarandá con la calidad etérea de algún humo, de algún ser sin carne. Dorada, real como algún sueño, plena en posibilidad. Tan suave como eterna, perdida y enteramente hallada. Dorada.
Muere al llegar.
Inundados sus ojos en elixires de color, más que reflejar se ahogaron sin dudar, sin esa tosca particular del intelecto. Se quemó su audiencia con el crepitar, como cantando una sirena que te extravía donde hay un solo horizonte circular. Vacío. Nada parecido a la tez alumbrada de movimiento, fulgor incandescente murmurando formas. Tibio.

Pequeñas palabras se unen para que yo denote y tú conotes y ella exista

lunes, 14 de julio de 2008

Sobre el paisaje crepuscular del miedo y lo que siempre será arte

Había historias de hombres con cuerpos de luz, que se nutrían del suelo, que le hablaban al sol, que unidos como el agua, fragantes como la tierra mojada, e impúdicos como el fuego creaban. Dioses de un silencio.
Aquellos, amamantados a brisa y calor, buscaban la luna a cada momento, nueva o llena, pero siempre atentos a su eminente presencia.
Donde al principio la unidad era la comunidad y prevalecía el abrazo constante y puro, los hombres sintieron vergüenza. Miedoso, el pudor, echó raíces en las personalidades de cada individuo y naufragaron. Por primera vez se sintió la terrible ilusión de separación.
Cuentan que todavía la sublime sensación de andar acompañado los acunaba, pero de la idea se creo el objetivo. Algo aun más grande que uno, eso era lo que sentían y de a poco les fue imposible mirar su mano o un pequeño árbol y asombrarse, de a poco, cada vez más, debían ser y nadie era.
La frustración de sentirse ínfimos en comparación les dio temor. Rendían cultos, sacrificios en nombre de los inmensos, invocando su protección. Se perdió el valor por uno mismo, y se crearon las necesidades innecesarias encargadas de intentar tener más para ser más. El poder fue sobre lo demás y sino la infamia de ser peor, el poder fue sobre lo demás y sino el ego gritaba.

Entre historias en llamas, tormentosas y vagabundas, el cielo seguía siendo uno y hasta en momento de inspiración, algunos miraban la noche y veían su hogar.
El arte liberó unos tantos de la indignidad, de la desgracia, del no saber valorar.

viernes, 11 de julio de 2008

Vértigo de un viaje de la Gota al Mar

Hombre de Blanco, luna
Esquinas esquivas que bailan, forman,
espacios poco huecos de cielos
Ramas de intenciones que fluyen y murmuran
Quietas enteras las hojas dibujan
Vacíos, completos y de a poco negro el cielo
Comulgan el orden, el tiempo
Lento corren los silencios
Se fijan, tiemblan, acaricia y se inunda.
Se detiene la vida, de limón a naranja.
Desaparece. Caos, cambio y vuelve.
Espejos sin filtros, líneas, formas donde todo
se expresa, si querés se limita
se fascina la lente que mira
entiende, se retuerce de exprimir, se corteja
el hipotálamo que gime y grita
se estremece y olvida
éxtasis profundo de ebriedad, saciedad.
Información a doble mazo masturba la cervical
Tormentosa simbiosis, traga.
Recorre el hervor la carne, se satisface,
Se arrugan los párpados
Llora, ríe.
Goza, escribe.
Se divide el mismo símbolo
UNO
Y absoluto, quito los muros

lunes, 7 de julio de 2008

Brevedad de un loco en la brecha de un instante



Estoy de acuerdo, o es mi creencia la de la existencia de posibilidades diferentes e infinitas.
Elegimos... y creamos con eso esta realidad que nos rodea, continuamente, cada instante.
La posibilidad se transforma en Presente, en un regalo, en ahora, en lo que nos rodea, que es donde tenemos la posibilidad de seguir eligiendo.
Pero en nuestro afán de mantener la atención en un futuro o hasta en un pasado, nos vamos desligando del derecho de elección que tenemos... y comenzamos a ser efectos y no causantes de esta realidad. Dejamos de inconsciente nuestra capacidad de ser artistas.

Usar esos verbos inexistentes es referirse a ese afán de arrepentimiento, ilusión de pensar en una posibilidad inexistente, y no porque no puedas crearla, justamente, podes crearla, pero usando esa conjugación, la estás negando, estas presentando una posibilidad sin comprometerte con ella.
Así nos vamos haciendo dubitativos... y mientras nos dejamos llevar por el río de determinaciones... terminamos no siendo más que un ser determinado, presos, tal vez, de nuestra propia libertad.

ٲٷڌڠڝژړڒپسﻺﻸﻣﺻﺹﻡﯓﮞﮛﮙﯙﺌ
El tiempo impertérrito se agitó. Un silencio tempestuoso y todo se volvió. El segundo luego fue un instante y en la eternidad, aquel, se fundió. No queda rastro hoy de ayer. Mañana tampoco no devuelve el placer.
Una sonrisa que vaga nómada y explora, un canto alegre, danza y no equivoca. Un hombre se sedienta y dócil encuentra conformismo en su insatisfacción. Cuan errado el caminante que acostumbra e idealiza la obsesión.
La costumbre de aceptar la suplicia, de encadenarse a un disfraz. Hacerse de la realidad y validar a lo irreal. De aquello inocuo volcar sangre o ver dolor, a las manos del arte llenarlas de odio y en los ojos ver rasgada la magia con yermo y prisión.
De las grandes prisiones la más real es la venal ilusión de verse presa y no gran señor. Del frío hacerse daño y del calor tomar color. De las causas hacerse efecto, del efecto a la lección, somos respuestas del algún estimulo exterior. De apoco nos creemos el reflejo de la fachada cuando la portada es el relejo del interior.
Recurrimos a la duda para perder valor y en la desorientación razonamos un destino.

Y por adentro el tiempo impertérrito se agitó. Un silencio tempestuoso y todo se volvió. El segundo que duró la lucha y el ruido luego fue un instante y en la eternidad, aquel se fundió. Ahora, si, no queda rastro hoy de ayer y mañana hace años que no llega y en la espera lo he dejado de entender.



domingo, 6 de julio de 2008

Cuento de alguna historia de Nuestro cuento... Y el Sur de mi Murga verde




¡Tierra, tierra! Se siente la tierra vibrar. Truena el bombo, se ven fluir los colores, los sonidos ecuménicos dentro el cuerpo. Se disipa lo denso y como el fuego se torna versátil el danzar. Se sacude plena la carcasa, se doblega, se resbala como un soplo, se hace aire el caminar, se percibe como un suspiro que purga y como el humo va.
Enciende luces tan hermosas como el reflejo del fuego en el mar. Hace de la noche un fragor catártico, un silencio similar al que anuncia un gran evento, un suceso espectacular.
Lo que uno siente, sea el lapso el que fuese, es eterno y no hay duda ni misterio en eso, tan sólo es la alegría esa que marca la vida. Vida entera, vida bella, rumbosa vida. Sensación que nos recorre cuando se corre el velo, cuando la vista se entrega a la negrura del cielo.
Cuéntame las leyendas que desmintieron algunos, los mitos de la tierra media y de aquellos que juntos bailaban como un único ser. Cuéntame, también, cómo se levanta el caído, cómo riendo sentencia al temor, cómo abre los ojos y crea. Háblame de los delirios, de los que todavía se defienden tiñendo, de los que denuncian practicando la risa, recordando la libertad, la expresión. Dime, si puedes, cómo se explica la palabra reunidos, en que momento se creyó que esto dejo de ser un ritual. Musita cuándo elegiste dejar cerradas las puertas, no salir a la calle, cuando sólo quedó el deber ser o cuándo una lágrima malsana se llevó tu sonrisa y recuerda, recuerda el brío de un mate caliente y una palabra, de un te cuando le dio calor a tus manos, de conocer a un ser en la infinidad de la mirada encontrada, del momento de todo el tiempo de un abrazo o de un salto clavado en un instante, perdido en algún lado.