sábado, 20 de noviembre de 2010

Viaje en lluvia!

Cuando llueve crecen las pupilas,

me llueve en la cara y parezco ver más.

Respiro más, más olores de tierra, de colores de verdes, de humedad.

Suenan los tambores del cuerpo llamando a los mimos, al mate y la palabra. Crecen como zarcillos las cosquillas enredando los pies, las piernas, las manos, las sienes y los ojos cerrados, la boca callada recordando mientras se la ve sonreír.

Ante todo el silencio, ese de trueno, de mirada parlante, de abrazo sin hilo ni algodón, sin poliéster, sin medias ni pregunta y sin reloj.

El mismo silencio pulsa en el centro de una manzana, entre las manos y el fuego en la arena cerca del mar. En la tormenta. En la mirada perdida escuchando esta voz.

Cuarta distancia la palabra cuando cuenta Silencio