viernes, 31 de julio de 2009

Puente hasta el mismo lugar - Para leerlo en voz alta hasta que se confunda mi voz con tu garganta


Quieto un cuerpo desnudo en el espacio abierto con el rostro lleno de viento, quieto en el momento quieto de haber respirado todos los olores al mismo tiempo. Iluminados los pies sintiendo un verde de algodón y tierra, las manos de estar volando a la delta de una brisa de aire calido que se las llevó bailando al lento pulso de los graves que agitaban su sangre. Suave el pecho calentando aquel cuerpo, quieto.
La vista ciega a los puntos de fuga, ebrio de espacio lleno. El tiempo se hace inmenso mientras se estira el suelo y se entera el cielo, sutura el horizonte. Leve la imagen se demuestra voluble, liquida, se aglutina, se levan los colores que por el momento olvidaron la figura y de a poco dejan engañada a la estría que intervenía de contorno.
Va el cuerpo perdiendo contextura, ha postergado el recuerdo de si mismo, no se entera el individuo de su separada existencia.
Absorto de ver la situación recorro las migajas que me sirven de señal, voy hilando el brío desperdigado, medio agotado, enteramente confiado.
A líneas vagas voy viendo formas y hasta espacios finitos, gotas que estaban cayendo y percuten al silencio, lo hunden, lo van llenando de ecos.
Los ojos estuvieron abiertos y observo que en todos lados son espejos iguales yo de ellos. La entereza de ver el momento como un agujero negro recorriendo cada suceso que está ocurriendo, cada uno de los abrazos y la inmensidad de cada abierta mirada, algún brindis mientras las gotas de vino salpican las manos, las manos convidando calor a algún cuerpo, los cuerpos hallados en la risa sin gesto, los gestos de la risa ruidosa, el ruido compartido de cantar a gritos alguna palabra, la palabra reunido única en el ritual y los rituales que hacen vivir a la forma mientras se deforma y a las sonrisas amalgamadas de tristeza y a los náufragos que se van encontrando, a los miedos que cansados se los ve jugando y al ego fundido en el único tiempo con todo el fuego mientras regala aire al bailar y el aire vierte espíritu en la tierra mientras el agua fecunda y se ve naciendo al calor de una vida que algún día, único como hoy, cantará los versos que siempre hablaran de lo mismo, siempre como siempre, siempre como nunca, como cuando la sonrisa se va con el suspiro haciendo de todo este ruido silencio. Otra vez.




miércoles, 1 de julio de 2009

Microscopía de la Voluntad y de las pasiones naciendo

Continuamente en el límite de una roca a 15 metros de altura del agua. Siempre por saltar.Mirás abajo, dudás, reís. Sabemos que vas a saltar. Respiras mientras se levanta la cabeza y se cierra la mirada, el aire es perfecto. Pero pensas porqué todavía no estás en el aire y antes de la sonrisa algo te ofusca. Es el nudo de la impotencia subiendo del pecho a la garganta diluyéndose en bronca. ¿Por qué no estás volando? Lloras como pidiendo entender cuál es la pared que inmoviliza tus pies y te sentás y consolás proclamando la innecesidad de saltar. Hay comodidad pero algo te conmueve con el recuerdo de algo que nunca sucedió. La posibilidad murió.

Un momento y te parás y por el instante... nadie sabe...

Se acabó el miedo, el vértigo, cuando calló la duda. Ni la Decisión llegó a mirar el salto, y vos tan sólo caes sin recuerdo, ni lento, ni suave, ni rápido hasta que la gota llega al agua donde a la sensación ni el útero la iguala.

Y todo sigue siendo silencio y el juego del mutis de todo lo demás